(RPP) Monseñor Luis Sánchez-Moreno Lira, quien también fue obispo de la Prelatura de Yauyos, fue reconocido por su labor pastoral a favor de los más pobres del país.
En una ceremonia bastante emotiva, la vicepresidenta del Congreso, Fabiola Morales Castillo impuso la Medalla de Honor del Congreso de la República en el grado de Comendador, a Monseñor Luis Sánchez-Moreno Lira, Arzobispo Emérito de Arequipa, en reconocimiento a sus labores apostólicas, educativas y asistenciales a favor de los más pobres del Perú.
“Es toda una vida dedicada a favor de los más pobres en ciudades como Chiclayo, San Vicente de Cañete y Arequipa. En ellas, Monseñor ha promovido comedores populares, asilos de ancianos y cunas infantiles destinadas a mejorar la calidad de vida de miles de peruanos. Sin duda se trata de un gran ejemplo de solidaridad para con los más necesitados”, indicó la legisladora antes de imponerle la distinción oficial.
Además de Morales, la ceremonia estuvo presidida por el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, y Víctor Andrés García Belaunde, Congresista proponente del otorgamiento de la Medalla de Honor, quien dio testimonio del servicio a la comunidad que Monseñor Sánchez-Moreno ha realizado, especialmente durante los 28 años que fue Obispo Prelado de Cañete, donde impulsó el Instituto Pedagógico de esa ciudad, el Santuario de Nuestra Señora Madre del Amor Hermoso.
Cómo muy pocos prelados, el Arzobispo Emérito de Arequipa tuvo la oportunidad de asistir a las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II (1962-1965), en el que presentó diversas ponencias, sobre todo referentes a los temas vinculados en la formación de sacerdotes y el papel de los seglares en la Iglesia.
Posteriormente fue elegido Vicario Capitular, y poco después, la Santa Sede lo designó Administrador Apostólico de Chiclayo. En 1968 fue nombrado Obispo de la Prelatura Yauyos, en donde, con la asistencia de Cáritas, promovió numerosas obras sociales en beneficio de la gente más necesitada.
Tras 28 años de activa labor pastoral desplegada, fue designado por el Papa Juan Pablo II como nuevo Arzobispo de Arequipa, por sus méritos, virtudes y cualidades. Se quedó en la Prelatura de Yauyos hasta fines de abril del año 1996.
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