VATICANO, 12 Jun. 10 / 12:12 pm (ACI) - Al recibir a los participantes de la reunión del Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, el Papa Benedicto XVI insistió en la importancia del Cristianismo y aseguró que marginarlo “contribuirá a amputar nuestro continente del manantial fundamental que lo nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad”.
El Santo Padre recibió a los funcionarios este mediodía en la sala Clementina del Palacio Apostólico y les explicó que por ellas mismas, economía y finanzas, no existirían porque son solamente medios útiles.
“Su único fin es la persona humana y la realización plena de su dignidad. Este es el único capital que hay que salvar” en las crisis, indicó y recordó que este capital humano, se encuentra en la dimensión espiritual de las personas.
“El cristianismo ha permitido a Europa que comprendiera lo que es la libertad, la responsabilidad y la ética, que impregnan las les leyes de sus estructuras societarias”, señaló.
El Pontífice indicó que “marginar el Cristianismo así como excluir los símbolos que lo representan, contribuirá a amputar nuestro continente del manantial fundamental que lo nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad. Efectivamente, el Cristianismo es la fuente de los valores espirituales y morales que son el patrimonio común de los pueblos europeos, valores a los cuales los Estados miembros del Consejo de Europa han manifestado su adhesión inquebrantable en el Preámbulo del Estatuto del Consejo de Europa”.
Refiriéndose al Banco, fundado en 1956 por el Consejo de Europa, el Papa les recordó que tiene “una vocación exclusivamente social, para tener un instrumento cualificado con el fin de promover su propia política de solidaridad”. Este banco se ha ocupado desde el principio de los problemas relativos a los refugiados, para extender más tarde sus competencias en el contexto más amplio de la cohesión social europea.
“La Santa Sede no puede sino mirar con interés una estructura que sostiene con sus préstamos proyectos sociales, que se preocupa del desarrollo, que responde a situaciones de urgencia y que contribuye a mejorar las condiciones de vida de las personas necesitadas”.
La liberación de las ideologías totalitarias, ha proseguido Benedicto XVI “¿han sido utilizadas para el progreso económico, en detrimento de un desarrollo más humano, respetuoso de la dignidad y de la nobleza del hombre? ¿Han sido desdeñadas las riquezas espirituales que han modelado la identidad europea? Las intervenciones del Banco a favor de los países del Este permitirá, estoy seguro, ha afirmado el Santo Padre- corregir los desequilibrios en favor de un proceso basado en la justicia y la solidaridad. Éstas sí que son indispensables para el presente y el futuro de Europa.
Más adelante, abordó el momento particular de crisis económica y financiera que está atravesando Europa y ha dicho que el Banco de Desarrollo “no debe limitarse a analizar estrictamente la situación financiera, sino que, contrariamente, debe mostrar su originalidad reforzando la integración social, la gestión del medio ambiente y el desarrollo de las infraestructuras públicas con vocación social”.
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